miércoles, 17 de septiembre de 2008

ADIÓS

Se lamió despacito el antebrazo salado. Le dio una pequeña patada al gato. Se rascó la rodilla. Estiró las piernas e intentó mover, uno a uno, los dedos de los pies. Miró a su padre que regaba el seto. Miró a su madre que descolgaba los bañadores secos. Olisqueó la última paella, igual que el gato, y maullaron al unísono. La llamaron a comer. Repitió. Hizo la última siesta. Pedaleó muy fuerte por la gravilla hasta la última casa de la calle. Llamó al timbre. Jugó con él el último parchís y le miró como si en lugar del verano se acabara el mundo. Volvió a casa. Comió pan con nocilla. Lloró bajito en el baño, después de hacer pipí. Corrió a ver salpicar las últimas olas e intentó dar caza al último cangrejo. Después metieron al gato en la jaulita de viaje, y a ella en el asiento trasero. El apartamento dio enseguida esquinazo y el bebé lloró todo el atasco.